jueves, 8 de enero de 2015

Carta a un amigo

 


Jueves 8 de enero del 2015


Querido amigo te escribo desde la mesa contigua para contarte lo que he hecho estas vacaciones.


Para empezar mis vacaciones me recortaron la encía por lo que empecé un poco fastidiado y tras un mal fin de semana por lo de la boca todo volvió a la normalidad y proseguí con mis tan ansiadas vacaciones.


Llegó el día de Nochebuena y me dirigí a casa de mi abuelo a cenar.
Cenamos marisco, es decir, gambas, muslos de cangrejo, ensaladilla de marisco etc. Pero yo no comí gambas porque había que pelarlas así que pase un poco de ellas. Después de la cena llegue a mi casa y la ropa me olía a gambas por lo que la puse a lavar.
Al día siguiente recogí mis enseres y me fui al pueblo de mi abuela a proseguir con las vacaciones. No me lo pase mal, salí con mis amigos por ahí, estuve en el ordenador investigando cosas de informática ya que es una de las cosas que más me gustan y no es una afición muy habitual.


Aquí me gustaría hacer un inciso, ya que, a mucha gente (la mayoría hombres) los apartan de la sociedad porque son considerados unos frikis al estar todo el día en un ordenador o una videoconsola y solamente son aceptados por la gente como ellos, por ejemplo los niños que han superado el ébola.


Estamos en Nochevieja y todos están nerviosos, se acerca el nuevo año y tras una larga noche llega el momento crucial de tomar las tan ansiadas 12 uvas que darán paso a un 2015. Mucha gente a lo mejor no se las pueden comer al mismo tiempo de las campanadas, pero yo fui precavido y las deshuesé, así que no tuve ningún problema a la hora de comérmelas.


Ya estamos a 2015 y con este año nuevos propósitos y retos, pero admitámoslo, luego no cumpliremos casi ninguno.


Bueno, ha llegado el día de Reyes y muchos niños van corriendo a abrir sus regalos con ansia y deseo, pero algunos habrán sido malos y tendrán carbón (y otros tendrán carbón no por haber sido malos, sino que vivimos en un mundo de incompetentes que nos han llevado a la crisis y no hacen nada por solucionar dicha barbarie). Pero los que han sido malos son castigados con carbón, es un castigo severo no como el que le hizo Zeus a Prometeo, condenándolo eternamente a que unas águilas le picotearan el hígado y cuando estas acabaran con él le volviera a salir de nuevo para proseguir con su castigo en el Cáucaso. Zeus lo castigó por
mentirle y robarle a los dioses, eso es portarse mal.


ATENTAMENTE        A.S.

PD: Lucha por tus sueños y metas día a día, no dejes que nadie te detenga.


Prometheus.JPG
Aquí una águila picotea el hígado de Prometeo

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